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Degradación de las tierras y cambio climático, retos interconectados para los Gobiernos

La mala gestión de la tierra son algunos de los factores responsables de la pérdida de tierras de cultivo útiles.

Degradación de las tierras y cambio climático, retos interconectados para los Gobiernos
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La mala gestión de la tierra son algunos de los factores responsables de la pérdida de tierras de cultivo útiles.

En el último informe publicado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), con motivo de la COP13 en Ordos (China), se afirma que la mala gestión de la tierra, junto con los efectos de un clima cambiante, son algunos de los factores responsables de la pérdida de tierras de cultivo útiles.

La gestión actual en el sector del uso de la tierra contribuye aproximadamente al 25% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. En el mundo, la desertificación afecta ya a 169 países, con China a la cabeza como el país con un mayor territorio y población bajo los efectos de este fenómeno.

El informe Perspectiva Global de la Tierra (GLO) destaca también el hecho de que existe una interconexión clara entre la degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, que amenazan la seguridad humana tal como explica esta infografía:

 

El informe sostiene que la presión actual sobre la tierra sigue en aumento de modo incesante, debido principalmente al crecimiento de la población, a niveles de consumo desproporcionados y al aumento de la competencia por los escasos recursos.

En la COP13, se espera que los Ministros asistentes anuncien sus objetivos para la recuperación de suelos, acuerden medidas para hacer frente a las amenazas emergentes de la migración involuntaria y las tormentas de arena y polvo, y que acuerden acciones que fortalezcan la resiliencia de las comunidades ante las sequías.

Por otro lado, en el marco de la conferencia más de 110 países se unieron a una campaña mundial (enlace en inglés) para hacer que el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15 (alcanzar la neutralidad en la degradación del suelo), sea incluido en las políticas domésticas como un objetivo nacional para 2030.

Estas iniciativas tienen como objetivo salvar el suelo productivo y ayudar a que más de mil millones de personas recuperen la seguridad alimentaria, hídrica, energética y laboral, así como la resiliencia al cambio climático.