Luego de nuestra asistencia a la COP28 de Dubái y a partir de los intercambios y conversaciones con distintos colegas del Mercado de Carbono internacional, vimos en Génesis la oportunidad de compartir algunas de éstas experiencias con nuestros clientes.
La COP28 viene siendo identificada como la primera Conferencia de la Partes en la que, taxativamente, se apunta a los “fossil fuels” como los responsables de buena parte de las emisiones de CO2 y su necesidad de reducción inmediata. Esto es así y, paradójicamente, sucedió en el país anfitrión de la COP28 que es uno de los principales exportadores de petróleo del mundo; los Emiratos Árabes Unidos.
Ahora bien, si “Las Partes”, (países firmantes del acuerdo para simplificar), no tienen obligación de fijar una agenda de reducción vinculante con los operadores del petróleo y gas en sus respectivos Estados, ¿cómo se materializará ésta reducción? La realidad, es que tanto los países como las empresas del ANEXO I del Protocolo de Kioto lo vienen haciendo con “diferente intensidad”. La COP28 es un empujón de cara al 2030 para aquellos “más distraídos”. Va a ser cada vez más difícil para una compañía de petróleo y gas justificar una gestión ambiental con emisiones no controladas de metano, o que el flaring y el venting no figuren medidos en su huella de carbono.
En otro orden, también debe prestarse atención a las “barreras al comercio” a partir del impuesto al carbono como es el caso del CBAM, (Carbon Border Adjustment Mechanism), de la Unión Europea. Presentado por la Comisión Europea como una “herramienta para poner un precio justo al carbono emitido durante la producción de bienes intensivos en carbono que ingresan a la UE, y para fomentar una producción industrial más limpia en países no pertenecientes a la UE”; la introducción gradual del CBAM está alineada con la eliminación gradual de la asignación de derechos gratuitos en el marco del Sistema de Comercio de Emisiones de la UE, (ETS), para apoyar la descarbonización de la industria de la UE. En otras palabras, si las industrias de la UE pagan un impuesto al carbono por sus productos elaborados, también deberán hacerlo los que importen esos mismos productos de terceros países. Empieza a regir en 2026 y la etapa de transición para el ajuste del mecanismo se inició en octubre de 2023.(1) Los sectores industriales afectados en la primera etapa serán, hierro y acero; aluminio; energía; fertilizantes; cemento e hidrógeno.
Por último cabe mencionar que, el Reglamento para la Reducción de Metano en Combustibles Fósiles de la UE establecerá nuevas normas para reducir las emisiones de metano en el sector energético. En noviembre de 2023, el Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional sobre el Reglamento. El texto debe ser aprobado y adoptado formalmente por ambas instituciones. La propuesta forma parte del paquete legislativo «Objetivo 55», cuya finalidad es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en al menos un 55 % de aquí a 2030(2). ¿Pero, qué implican estas nuevas normas de la UE? Entre otras cosas;
- Medición e identificación y notificación: las mediciones deben ser comprobadas por verificadores independientes
- Reducción de Emisiones: a partir de la detección, la reparación obligatoria de fugas y la limitación de la liberación de metano en las plantas de energía, (venteos y antorchas)
- Control de las importaciones de energía; aplicación de herramientas mundiales de supervisión de emisiones y obligación de rastrear las emisiones de importación de energía
En síntesis, más allá del resultado de la COP28, se percibe que hacia 2030 las exigencias de los países centrales para el control de emisiones de CO2e sobre comodities industriales importados, muchos de los cuales son producidos en la Argentina, se irán intensificando. Las políticas públicas referidas al carbono deberían atender esta cuestión.
(1) https://taxation-customs.ec.europa.eu/carbon-border-adjustment-mechanism_en?prefLang=es