Según una nueva investigación de Carbon Tracker Initiative, las economías exportadoras de gas y petróleo se enfrentan a un agujero de US$9 billones en los ingresos públicos a medida que el mundo se descarboniza
11/2/21
Según una nueva investigación de Carbon Tracker Initiative, las economías exportadoras de gas y petróleo se enfrentan a un agujero de US$9 billones en los ingresos públicos a medida que el mundo se descarboniza.
El informe revela que los 40 países más vulnerables podrían enfrentarse a una caída media del 46% en los ingresos procedentes de estos combustibles fósiles durante los próximos 20 años si el calentamiento global se mantiene en 1,65ºC. Muchos de los que se enfrentan a las mayores pérdidas son también los más pobres y con menor capacidad para adaptar sus economías.
La transición energética repercutirá tanto en los ingresos procedentes de las inversiones directas como en los de los impuestos del sector privado. Entre los países afectados, denominados «petroestados» por la Carbon Tracker Initiative, se encuentran los grandes productores de hidrocarburos de Oriente Medio, América Latina, África y Asia.
Las principales conclusiones del informe:
- 7 países, entre ellos Angola y Azerbaiyán, podrían perder al menos el 40% de los ingresos públicos totales;
- 12 países, entre ellos Nigeria, Argelia, Arabia Saudí, Kuwait e Irak, podrían perder entre el 20% y el 40% de sus ingresos;
- 10 países, entre ellos Rusia, Irán y México, podrían perder entre el 10% y el 20% de sus ingresos;
- Más de 400 millones de personas viven en los 19 países más afectados, que podrían ver cómo los ingresos públicos totales caen al menos un 20%, lo que provocaría recortes en los servicios públicos y pérdidas de empleo.
La diversificación inmediata de estas economías es necesaria para minimizar los peores efectos del cambio climático, como la hambruna, la pobreza y los desastres naturales. Algunos países ya están invirtiendo en industrias alternativas, como las renovables y el turismo, pero otros necesitarán un fuerte apoyo internacional para diversificar sus economías y evitar el malestar social y político.
El informe concluye que si los Estados petroleros evitan invertir más en nuevos activos de gas y petróleo, estos fondos podrían destinarse a apoyar la descarbonización. Una disminución controlada de la oferta junto con la caída de la demanda podría dar soporte a los precios mientras los Estados Petroleros disminuyen su dependencia de los ingresos de los combustibles fósiles.