GO2NE working group
Las concentraciones de oxígeno en los océanos están disminuyendo.
Enero 9, 2018
Las concentraciones de oxígeno en los océanos están disminuyendo, sobre todo debido al cambio climático, amenazando la supervivencia de la vida marina y de las comunidades humanas que dependen de los recursos oceánicos.
Así lo ha revelado un nuevo estudio publicado en la revista Science por un equipo de científicos de la Red Mundial del Oxígeno Oceánico (GO2NE), un grupo de trabajo creado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO. El informe alerta de la necesidad de frenar tanto el cambio climático como la contaminación por nutrientes detrás de la reducción de los niveles de oxígeno que afecta cada vez a más zonas oceánicas.
“El oxígeno es fundamental para la vida en los océanos”, dijo Denise Breitburg, autora principal y ecóloga marina del Centro de Investigación Ambiental Smithsonian. “La disminución del nivel de oxígeno en los océanos es uno de los efectos más graves que las actividades humanas están teniendo en el medio ambiente”, añadió.
El estudio apunta que los niveles de oxígeno en mar abierto y aguas costeras han ido disminuyendo durante al menos los últimos 50 años, en gran parte debido al calentamiento global y al aumento de los vertidos de nutrientes en las zonas costeras.
La cantidad de agua en mar abierto con cero oxígeno se ha cuadruplicado en los últimos 50 años, y en las agua costeras (incluidos estuarios y mares), las zonas con bajos niveles de oxígeno se han multiplicado por 10 desde 1950.
Con el aumento de las temperaturas por el cambio climático, se prevé que el contenido de oxígeno en el océano disminuya aún más, lo que supone una grave amenaza para la biodiversidad y retrasa el crecimiento de muchos animales, aumentan las enfermedades y provoca su asfixia y muerte.
Las causas múltiples de la disminución del oxígeno en los océanos
El cambio climático es el claro culpable de esta situación. El calentamiento de las aguas superficiales dificulta que el oxígeno llegue a zonas más profundas. Así, a medida que el océano se calienta, la cantidad de oxígeno disminuye. En las aguas costeras, el exceso de contaminación por nutrientes procedentes de la tierra hace que se multipliquen las de algas, que al morir y descomponerse hacen que se reduzcan los niveles de oxígeno.
Además de frenar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, es necesario abordar las otras causas de este fenómeno. Los científicos explican que hay que abordar el problema de los bajos niveles de oxígeno desde tres ángulos:
- Abordar la contaminación por nutrientes y el cambio climático. Si bien las soluciones no son simples, las medidas para abordar estos problemas pueden beneficiar tanto a las personas como al medio ambiente. Mejores sistemas sépticos y de saneamiento pueden proteger la salud humana y reducir la contaminación del agua. Por otro lado, reduciendo el uso de combustibles fósiles no solo se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático, sino que también se disminuyen drásticamente los contaminantes peligrosos del aire como el mercurio.
- Proteger la vida marina vulnerable. Con los ya inevitablemente bajos niveles de oxígeno actuales, es crucial proteger las pesquerías en riesgo de un mayor estrés. Según el equipo de la Red Mundial del Oxígeno Oceánico, esto podría evitarse creando áreas marinas protegidas o zonas de no captura en las áreas en las que los animales se refugian tras salir de las zonas con bajos niveles de oxígeno. Otra medida es optar pescar especies que no están tan amenazadas por la caída de los niveles de oxígeno.
- Mejorar el seguimiento del descenso de los niveles de oxígeno. Los científicos tienen un buen conocimiento de cuánto oxígeno podría perder el océano en el futuro, pero no saben exactamente dónde se localizarán los descensos. Mejorar la vigilancia, especialmente en los países en desarrollo, y los modelos numéricos ayudará a determinar cuáles son los lugares de mayor riesgo y las soluciones más eficaces.
Las zonas bajas en oxígeno se están extendiendo por todo el mundo. Los puntos rojos marcan lugares en la costa donde el oxígeno se ha desplomado a 2 miligramos por litro o menos, y las áreas azules marcan zonas con los mismos niveles bajos de oxígeno en el mar abierto. (Crédito: Grupo de trabajo GO2NE. Datos del Atlas Oceánico Mundial 2013 y proporcionados por R. J. Díaz)
La ONU trabaja para abordar el problema
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 14 de las Naciones Unidas tiene por objeto «conservar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible».
Mediante una amplia gama de iniciativas, las Naciones Unidas están dirigiendo los esfuerzos mundiales para intensificar la cooperación con miras a salvaguardar los océanos del mundo.
El mes pasado, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución para iniciar la negociación de un tratado internacional destinado a proteger los entornos marinos de alta mar.
Tan solo unas semanas antes, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, celebrada en Nairobi (Kenia) aprobó una resolución para luchar contra la contaminación oceánica y evitar que los desechos plásticos terminen en el océano. La resolución prevé entre otras medidas, la creación de un grupo de trabajo internacional para asesorar a los países sobre cómo combatir la contaminación marina.
En noviembre pasado, la Presidencia de Fiji de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático celebrada en Bonn (COP23) puso en marcha la iniciativa “La Ruta del Océano” para mejorar la salud de los océanos y proteger los ecosistemas marinos amenazados por el cambio climático.
Unos meses antes, en junio del año pasado tuvo lugar la Conferencia sobre los Océanos en la sede de la ONU en Nueva York con el objetivo de movilizar los esfuerzos para frenar el declive en la salud de nuestros océanos y sus consecuencias negativas para las personas, el planeta y el desarrollo sostenible.