Noticias ONU Cambio Climático, 14 de febrero de 2018 – Los impuestos son eficaces para reducir las emisiones nocivas de gases de efecto invernadero, pero aquellos aplicados por las principales economías a las emisiones de CO2 no son suficientes para combatir el cambio climático, afirman expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el informe Taxing Energy Use (gravar el uso de la energía) 2018, publicado hoy.
El informe describe la evolución de este impuesto a los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) en 42 países de la OCDE y el G20, responsables colectivamente de alrededor del 80 % del consumo mundial de energía y las emisiones de CO2, durante el período de 2012 a 2015.
En los sectores no viarios, que representan el 95 % de las emisiones de carbono procedentes del uso de energía, el 81 % de las emisiones no están sujetas a impuestos, y las tasas están por debajo de una estimación a la baja de los costos climáticos de 30 EUR por tCO2 para el 97 % de las emisiones, afirma la OCDE.
“No existe un cambio estructural en el patrón de impuestos sobre el uso de energía entre 2012 y 2015. Esto es desconcertante”, dijo Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE. “En muchos países y comunidades se están realizando, o ya se han realizado, esfuerzos para implementar el principio de que quien contamina paga. Sin embargo, el progreso hacia un uso más eficiente de los impuestos para reducir las emisiones nocivas es lento y poco sistemático. Los gobiernos deben hacer más y mejor”.
El carbón, por ejemplo, que representa casi la mitad de las emisiones de carbono en los 42 países estudiados, todavía escapa a los impuestos en muchos países, y su tributación supera los 5 euros por tCO2 en solo cinco países.
La reforma fiscal del combustible muestra los primeros resultados
Los impuestos sobre los productos derivados del petróleo son relativamente altos, sea cual sea su uso, y superan los 50 euros por tCO2 en promedio en todos los sectores. Al contrario de lo que sería deseable para la protección del medio ambiente, los impuestos sobre el gasóleo siguen siendo más bajos que los aplicados a la gasolina en 40 de los 42 países estudiados. Al mismo tiempo, varios países han reconocido el problema y ya han iniciado cambios en este ámbito.
La OCDE dice que la imposición al carbono es más alta y está más extendida en el transporte por carretera que en cualquier otro sector. La proporción de las emisiones gravadas en este sector actualmente alcanza el 97 %, y los impuestos superan los 50 euros por tCO2, cubriendo el 47% de las emisiones en 2015, lo que supone un pronunciado aumento del 37 % en 2012. Por lo tanto, los aumentos efectivos en los impuestos se refieren principalmente al sector viario, que continúa dependiendo casi exclusivamente de los productos derivados del petróleo.
Estos cambios son básicamente el resultado de las reformas del impuesto al combustible en las grandes economías emergentes, como China, India y México.
Si bien los impuestos se encuentran entre las herramientas más efectivas para mitigar los impactos negativos del uso de la energía, «la mayoría de las emisiones no se gravan a niveles que consigan reducir el consumo de energía y limiten el cambio climático”, dice el informe de la OCDE.
La proporción de emisiones sujetas a un impuesto sobre el carbono aumentó del 1 % al 6 % en 2015, pero solo el 0,3 % lo estaban a un nivel al menos acorde con el costo para el medio ambiente. Los impactos sobre el clima y la calidad del aire atribuibles a la quema de combustibles fósiles se pueden controlar, pero cuanto más esperemos, más difícil y costoso será enfrentarnos este desafío”, advirtió Gurría. “Alinear los precios de la energía con los costos del cambio climático y la contaminación del aire es esencial para una acción eficaz y eficiente, y, ahora más que nunca, se necesitan mejoras importantes”.