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La Amazonía está bajo fuego, no sólo a merced de las llamas

Por Alejandra Cámara, 25 de Agosto de 2019 El fuego avanza en la Amazonía mientras que la opinión pública mira…

La Amazonía está bajo fuego, no sólo a merced de las llamas
GénesisNovedadesLa Amazonía está bajo fuego, no sólo a merced de las llamas

Por Alejandra Cámara, 25 de Agosto de 2019

El fuego avanza en la Amazonía mientras que la opinión pública mira estupefacta como, por más de dos semanas, las llamas consumen  todo a su paso sin que se tomen medidas para pararlas. El presidente Jair Bolsonaro acusó, a principio de esta semana, a las ONGs de ser las incendiarias para llamar la atención sobre la deforestación, pero luego del llamado del presidente de Francia a declarar la emergencia en el grupo de los 7, la amenaza de la Unión Europea de no firmar el acuerdo comercial con el Mercosur y la oferta del presidente de EEUU a enviar ayuda para mitigarlo, Bolsonaro cambió la dialéctica y ayer envió un comunicado por twitter diciendo que Brasil ha puesto en marcha los mecanismos para combatirlo. Vale destacar que hace apenas unas semanas, el director de INPE (Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil) fue despedido después de una disputa con el presidente  de la nación; el director defendió los datos satelitales que mostraban que la deforestación era un 88% más alta en junio que el año anterior, y Bolsonaro calificó los hallazgos de “mentiras”. Pero todo esto,  es sólo el último capítulo de una amenaza que está lejos de ser solucionada.

La Amazonía es el bosque tropical más grande del mundo, y representa un área sumidero de CO2 (dióxido de carbono) con relevancia a escala regional y global. Los principales servicios ecosistémicos son: abastecimiento de agua, pesca, almacenamiento de CO2, regulación climática, provisión de hogar para plantas y animales, protección de la biodiversidad, hogar de pueblos originarios, entre otros. Para resumirlo la Amazonia contiene nuestras farmacias, supermercados, reserva  de agua dulce, termostato del planeta, etc, en definitiva todo lo que los seres humanos necesitamos para sobrevivir hasta que descubramos una nueva forma.

Para entender un poco mejor el tema de la deforestación en Brasil es necesario comenzar mucho  más atrás en la historia y comentar que la deforestación tropical ha estado ocurriendo por décadas a escala industrial, generada inicialmente por la demanda de madera. Sin embargo, el impacto y la complejidad de sus causas han cambiado sustancialmente, en tanto que los bosques hoy no son sólo talados por la madera sino también por la tierra requerida para producir otros commodities. En la Amazonia el principal es la SOJA.  Los bosques en pie “parecen carecer” de valor económico y su conversión para la agroindustria genera retornos muy altos. Los generadores de la deforestación industrial en Brasil actúan a lo largo de la cadena de suministro desde pequeños propietarios y ganaderos, pasando por los  “traders” llamados el grupo de los ABCD (ADM, Bunge, Cargill y Dreyfus) que generalmente son los acopiadores,  distribuidores,  comercializadores y   los procesadores de los commodities. Por último, tenemos a  los consumidores finales, nosotros, la gente de a pie.

Debido a la indignación pública por la deforestación, en 2006,  se firmó voluntariamente una Moratoria de Soja del Amazonas donde Cargill y Bunge, entre otros,  se comprometían a prohibir la conversión directa del bosque amazónico en plantaciones de soja. Muchos han sido los que han proclamado su fenomenal éxito pero hay críticos que creen que esta moratoria esconde varios fallos ya que su aparente éxito se debe, en gran parte, a que ya había tanta tierra deforestada en el Amazonas para 2006, que había mucho espacio para la expansión de soja sin cortar el bosque. Además, las áreas desmontadas a las que se trasladó la producción de soja, muchas veces desplazaban el ganado al bosque, cortado nuevamente por los acaparadores de tierras para los ganaderos. Pero lo más preocupante es que la Moratoria cubre solo uno de los biomas de la Amazonía Legal, no cubre la sabana del Cerrado, donde los productores de soja han talado de forma agresiva millones de acres de hábitat biodiverso. Otra de las “coincidencias” fue que a partir de esta moratoria, las tasas de deforestación en el ecosistema del Gran Chaco Argentino Paraguayo (donde casualmente operan las mismas multinacionales y la producción de soja) se han duplicado en los últimos años. Los críticos ven la moratoria como una herramienta para lavar la imagen de empresas y las ONGs; sus defensores dicen que inspiró otros acuerdos sobre la deforestación tropical en todo el mundo. Personalmente creo fuertemente en la primera y en una menor medida en la segunda.

La situación de las ONGs da para un capítulo aparte y es importante aclarar que NO sucede con todas, como en todos los casos, hay algunas que están operando con absoluta transparencia y ética, pero no es el caso de todas. En la última década y siguiendo agendas internacionales hemos visto muchas asociaciones comerciales entre ONGs y las corporaciones que tienen una fuerte responsabilidad en cuanto a la deforestación- aclaremos que, como dije anteriormente, el grupo de las 4 grandes NO poseen tierras, sólo son compradores de la soja y muchas veces se escudan en esta razón para decir: nosotros no somos los que deforestamos. Por supuesto no lo son directamente pero  tienen un rol indirecto muy importante siendo los compradores y marcadores de precios, empujando muchas veces a los mini latifundistas y pequeños productores a aumentar su producción. Las relaciones financieras que mantienen estas corporaciones con ciertas ONGs (supuestamente guardianas de la Amazonia), no es información confidencial ni privada, es fácil hoy en día encontrarlas en la web y los invito a hacerlo. El “observador financiado por el observado“, algo que hoy vemos presente en varios ecosistemas del planeta.

No quiero dejar afuera a las asociaciones de certificación de soja responsable/sustentable etc, hay varias, donde también, en algunas, el certificador o verificador es financiado por el que debe ser certificado o verificado. Todo parte de lo mismo, los conflictos de interés son claros y están sólo a una búsqueda en Google para ser comprobados.

Hasta aquí les conté de las corporaciones y las ONGs, pero no sería justo si cayera toda la responsabilidad sobre ellos porque también encontramos otros actores en el podio de la responsabilidad. Pasemos a hablar ahora de que pasa a nivel global, dentro de Naciones Unidas, qué hacen los países del mundo (gobiernos) para tratar estos temas. Durante años la agenda internacional medio-ambiental fue liderada por la Agenda de Cambio Climático, debido a su urgencia, fue la que tuvo mayor visibilidad. ¿Cómo se relaciona el Cambio Climático con la deforestación? es simple: los árboles son los que capturan el CO2 (dióxido de carbono) y liberan oxígeno, si los humanos estamos emitiendo mucho CO2, lo primero que debemos hacer es no deshacernos de los que lo absorben. Volviendo a la agenda de cambio climático y la deforestación debemos recordar al Protocolo de Kioto con su Mecanismo de Desarrollo Limpio. Este incentivaba a crear un mercado donde se subsidiaba a través de mecanismos de mercado (financiado  por corporaciones que estaban sujetas a pagar por sus emisiones de CO2) el mantenimiento de bosques en pie. Esto funcionó bastante bien y he participado, en aquel comienzo, de cerca viendo como grandes latifundistas brasileros, peruanos y colombianos se autoproclamaban protectores de la selva amazónica cuando la hectárea protegida tenía un valor de más de USD 5/año. Después del 2008 con la crisis financiera global, los gobiernos  dejaron de lado las urgencias ambientales y esto, sumado a la presión de los lobbies internacionales de las corporaciones y otros grupos de interés, termino de matar el mecanismo provocando la caída del precio del subsidio a centavos de USD /año. Fue gracioso, por no decir doloroso, ver como esos mismos latifundistas, otrora defensores del bosque y florestas (como la llaman los brasileros) en pie, otra vez se convertían en depredadores seriales.

Los gobiernos dentro de la ONU, en la agenda climática, siempre estuvieron y están muy influenciados por lobbies (sectoriales y corporativos) internacionales, y a mi entender no cuentan con la valentía, ética y grandeza necesaria para hacerles frente. Yo recuerdo mi primer encuentro con uno de los lobbies fuerte en Washington. Fue en Diciembre de 2011 durante la Conferencia de Cambio Climático (COP 11) en Durban, Sudáfrica. Ese fue mi bautismo de fuego, en el futuro me los volvería a encontrar cara a cara pero esa ya es otra historia y como comprenderá el lector es información que la reservo para mí.

A la ONU también la considero responsable de desinflar la Agenda Climática y sustituirla por la que hoy está más de moda que es la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)- una suerte de 17 Objetivos que lucen divinos en papel pero como agenda es mucho más ambiciosa (y utópica) de realizar que  combatir el calentamiento global.  Combatir el Cambio Climático (n°13) es tan sólo uno de los 17 objetivos. Entre los ODS están la Salud y Bienestar (n°3), la Educación de Calidad (n°4) y la Igualdad de Género (n° 5). En estos tres objetivos la ONU promueve la ideología de género*. La Ideología de Género generalmente viene condicionada a partidas presupuestarias bajadas a los países tanto en educación como en temas de género y de salud. Esta ideología que aparece por primera vez en documentos de la ONU en Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo, que tuvo lugar en el Cairo en 1994, tiene más que ver con el control de la natalidad global que con la libertad sexual de los seres humanos, su derecho a la educación y  el empoderamiento de la mujer. ¿Y porque hablo de Ideología de género aquí? Porque es interesante ver cómo las agendas de la ONU se relacionan entre sí. Siendo más de 7000 millones de habitantes y creciendo a tasas exponenciales a nivel global tenemos dos opciones:

  1. Cambiar nuestra forma de consumir recursos naturales, para lo cual debemos hacer profundos cambios a nuestra economía global; o
  2. Controlar el crecimiento poblacional global.

A menos que contemos con un planeta de repuesto o a menos que haya un “cisne negro” que obligue a la comunidad internacional a comenzar a dirigir ya la cantidad de recursos financieros y medidas necesarias para la protección ambiental del planeta, estoy convencida de que es la segunda la elección tomada en los círculos de poder internacional. Aparentemente resulta más fácil controlar a una población ajena, desinformada y preocupada en otros temas, que gastar recursos financieros en hacer lo que hay que hacer…

La Amazonía está bajo fuego, no sólo a merced de las llamas…y nosotros también.

 

 

 

*ver Informe del 2010 “Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la educación” dado a conocer fines del 2018

https://www.right-to-education.org/sites/right-to-education.org/files/resource-attachments/UNSR_Educaci%C3%B3n_Sexual_2010_ES.pdf

 

Alejandra es Fundadora y Directora de GENESIS, una consultora dedicada al Cambio Climático y al Financiamiento Sostenible. Hasta abril de 2019 se desempeñó como Asesora en Financiamiento Sostenible de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA). Entre sus clientes se encuentran las Naciones Unidas (PNUD y ONUDI), los Ministerios de Ambiente y Agroindustria de Argentina y  de Energía (MIEM) de Uruguay y varias empresas privadas. En 2018 fue asesora de la presidencia del G20 en las negociaciones llevadas a cabo por el Grupo de Trabajo de Sustentabilidad Climática. Tiene más de 17 años de experiencia internacional en mercados ambientales (mercados de créditos de carbono y más recientemente mercados de bonos verdes). Trabajó  más de una década en BUNGE SA, desempeñándose como Originadora de Proyectos de Carbono y como jefa de políticas de Cambio Climático Internacional reportando al directorio de la compañía en New York.  También fue directora en Londres para el Think Tank privado más renombrado de Cambio Climático: Climate Change Capital. Anteriormente trabajó en la industria del petróleo y gas con fuerte experiencia en proyectos de reducción de emisiones en dicha industria. Ha participado en el desarrollo de más de 250 proyectos climáticos, ambientales y sociales. Ha sido ponente en varias conferencias internacionales sobre cambio climático y financiamiento sostenible. Alejandra tiene dos licenciaturas y un MBA en Finanzas de la Universidad de Texas

 

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